Batalla

V22 y V17 estaban en la cima de la colina. Esperando las respuestas de V30, una chica muy simpática y muy alegre, de la que V22 se había enamorado. A esta le gustaba vestirse de negro totalmente, pero con la cabeza descubierta para que se vea su pañuelo verde. A veces cumplía la función de espía y esta era una de esas ocasiones. Estaba investigando los dominios V´s más allá de la colina.
Pasaban pocas personas por los alrededores, aunque no era de costumbre, pues era una zona peligrosa. Mayormente no pasaba nadie.
- ¿Eres tú, V30?, preguntaban al ver a alguien suficientemente vestido de negro, pero nadie les contestaba.

Después de unas horas, se acercó a los depósitos que se ubicaban al pie de la pequeña colina, una extraña persona vestida de negro totalmente, V22 y V17 supieron instantáneamente de quién se trataba.
- V30, te has demorado mucho - le dijo V22 - ya nos tenias preocupados.
V17, al instante, le dijo a V22 que agarrara la espada que se encontraba a su lado, éste no entendió el porqué, pero lo hizo sin preguntar.
- V22 preguntó - ¿qué tal V30, tuviste problemas en llegar?
En una rápida maniobra, el sospechoso abrió los depósitos y les dio libertad a todos los animales que se encontraban en ellos. Salían muy rápido los perros, ovejas, vacas, caballos, etc. Al voltear, V22 y V17 se dieron cuenta que no era exactamente mujer y, por consecuencia, no era V30. Corrieron hacia él rápidamente sin saber de quién se trataba, no hasta que subió a su caballo y se le cayó la capucha. Fue ahí donde vieron lo que se temían, el individuo tenía un pañuelo rojo en la cabeza. Inmediatamente V22 sorprendido le dijo a V17 lo que ya se imaginaba.
- Es un R, lo sabia.

Los V montados en sus caballos perseguían muy de cerca al R. Era un camino sin salidas a los costados, una sola vía, una vía que no estaban seguros a donde llegaba. Una zona dominada por los V, o bueno eso pensaban. Sorpresivamente, el R paró y entró, cerca del final del camino, a la derecha. Los R llegaron seguidamente y también pararon. En ese momento, se dieron con una sorpresa muy desagradable. Estaban parados frente a una plaza improvisada con dos entradas pequeñas, donde se encontraban más de 20 R´s. Los dos se quedaron estupefactos, sin habla. Felizmente parecía que los R todavía no habían notado su presencia. Eran dos opciones o entraban a luchar o salían corriendo con 20 R´s atrás suyo. V17 le dijo a V22 que mande un mensaje de emergencia a sus compañeros y que avisen de su paradero. Luego V22 se tiró a piso y se comenzó a arrastrase hacia una entrada. V17, más valiente que inteligente corrió hacia la otra entrada y desenvainó la espada. V22 sacó un cuchillo pequeño y entró despacio; habían 3 R´s jugando casinos cuando V22 entró. Estos se pararon repentinamente, pero era demasiado tarde, V22 ya los había hecho historia. Por el otro lado V17 estaba peleando contra 2 R´s, era muy bueno con la espada y lo estaba demostrando. R1 se reía sin cesar al ver pelear a V17 contra sus compañeros, pensaba que no tenía oportunidad contra 20 más. No había notado la presencia de V22 que se encontraba mandando el mensaje. Después de 10 minutos de combate, V17 y V22 estaban rodeados por 10 R´s y todavía seguían llegando más. Con las muertes y todo, ahora no había menos de 40 R´s.

V17 y V22 se daban por perdidos, no sabían cuánto más podrían soportar. V22 se encontraba en el centro de la plaza obligado a retroceder cada vez más. Retroceder hasta tropezar con un cuerpo femenino vestido de negro, inerte. Los rituales de los R´s cada vez me sorprenden más - pensó en el subconsciente instantáneamente. Pero al tropezar, vio al cielo y al ver al cielo, regresó la esperanza que ya estaba perdiendo.
- Mira al cielo, V17! - dijo instantáneamente
- Ya era hora, se estaban tardando demasiado - V17 dijo sin mirar.
En el cielo se veían pequeñas manchas verdes haciéndose más grandes cada vez y se escuchaban aviones pasar muy rápidamente. Cuando al fin se materializaron las manchas y cayeron al suelo, los R´s supieron que la victoria, ya no llegaría tan fácilmente. Apenas tocaron el suelo todos los V´s desenvainaron las espadas y se juntaron con los otros dos.
- Recuperemos lo que nos pertenece, al ataque! - gritó V1.
Los V, que tenían fama de ser los mejores espadachines de la zona, comenzaron a luchar y a ganar; y así después de 10 minutos ya habían muchos cadáveres rojos en el suelo y ninguno verde. Hasta que un sonido fatal los paralizo a todos. El sonido de una escopeta que tumbo al piso a V14, lo llevo a la muerte. V1 quedo pasmado, era muy raro que uno de sus compañeros muera tan descuidado en una batalla. V15 estaba llorando a sus pies, cuando se levanto y peleo con más furia de la que podía.
- Estas jugando sucio - gritó V1.
- En esta vida no hay reglas - respondió R1.
Entonces la escopeta sonó de nuevo y V26 cayó al suelo. Más de 20 R´s aparecían para sumarse a los anteriores. Ahora, frente a los 27 V´s, era fácil saber cuál iba a ser el final.
- Alto, retirémonos, esto no tiene caso, no hemos venido preparados para recuperar el territorio. Retirémonos antes de que haya más muertes - gritó V, sin pensarlo dos veces.
Todos los V´s comenzaron a retroceder y a abrirse paso hasta las salidas, y en el camino a recoger los cuerpos de los compañeros caídos. Los V´s tenían una filosofía, nunca dejaban los cuerpos en el campo de batalla. En la salida había muchos caballos, los que se habían escapado del depósito hace unos minutos. Cada uno tomó un caballo, eran cerca de 30, o sea que alcanzaban para todos. V1 dio la orden y 25 caballos salieron rápidamente por el camino en el que algún tiempo atrás V17 y V22 habían perseguido al R. Pasaron nuevamente por la colina del principio y al asegurarse que nadie los seguía, siguieron adelante.

Finalmente llegaron a sus dominios y se dirigieron a la plaza principal. V22 veía a unos guerreros llorando frente a los cuerpos de V14 y V26. Pero había una acumulación más, no estaba seguro.
- Si no vi que cayera nadie más - pensó.
- En realidad, nadie estaba presente cuando cayó - dijo V1 por detrás de él.
V22 quedó atónito, se acerco rápidamente al cuerpo y confirmó el desgraciado pensamiento que le acababa de pasar por la cabeza. Diablos!.

Luego desperté. Gracias