lunes, 2 de febrero de 2009

Adolescencia en crisis


Un caluroso día de verano, fin de semana para ser más precisos, viernes para ser exactos, regresando de la playa me vi en una situación de esas que te dejan pensando mucho tiempo.

Regresamos a Lima de Punta Hermosa en un taxi y agarramos un micro en Javier Prado, eramos cuatro, unas cuadras más abajo bajó uno y quedamos tres: yo, un amigo mío, y una amiga mía. Hallé un asiento al final del bus mientras mis amigos estaban más o menos a mitad de este. A mi costado había una señorita con unos papeles de "La Positiva",- luego sabría que trabajaba allí - a la que no presté atención, su edad estaría en un rango de 25 - 30 años, yo diría 26. Entonces hablando con mis amigos le dije a uno de ellos, en un tono poco fuerte debido a su lejanía, algo como "qué hacemos este fin?", la verdad no, no me acuerdo que le dije, pero eso no es importante. Lo importante es que después de decir esto escuche una voz a mi costado que exclamaba con tono de resignada resignación - "cuanto me gustaría volver a tener tu edad" - efectivamente era la chica de mi lado. Mi respuesta no fue interesante, sólo una risa nerviosa que no sé cómo la habrá interpretado, pero mi mente, más que reírse, soltó una lágrima.

De hecho, físicamente no mostré reacción alguna a esa pregunta, no alguna reacción que llamará la atención o que valga la pena mencionar, pero pensé muchas cosas, en realidad demasiadas cosas. Es qué esa frase me ha hecho reflexionar más que cualquier otra en los últimos ... no recuerdo que alguna frase me halla hecho reflexionar tanto como esta, pero si hubo fue hace bastante tiempo.

A todo esto, lo importante es que me pregunté si en verdad los 18 años era la edad que todos desearían tener, menos los que tiene 18 obvio, rechazar lo que uno tiene es inherente al ser humano. En verdad creo que más que mi edad, a lo que se refería era a la etapa de mi vida que estaba viviendo (valga la redundancia) la adolescencia... ¿juventud? no sé la diferencia, pero declaro que no la estoy disfrutando como debería, o no le estoy sacando el provecho que debería, así suena más responsable. La etapa de los amigotes, de probar cosas nuevas, de sentir cosas nuevas, de pensar cosas nuevas (de darme cuenta lo inteligente que soy), pero sobre todo la edad de las juergas y los amores. De lo primero no me puedo quejar; lo segundo, en mi vida, deja mucho que desear. Si alguien me hace el favor, bienvenido.
Condiciones: No hace falta comprometerse. No se aceptan relaciones duraderas, pero si remembers. Se acepta dejarlo en la clandestinidad. El único requisito es la buena presencia, no importan los antecedentes.
Válido para mayores de 17 años.
Razón aquí, dejar un comentario directo y descarado. Prohibido el anonimato.